La leyenda de la condesa vengativa

Leyenda y verdad

La interpretación legendaria la interpretación que más ha prosperado a la hora de establecer la causa de celebración de este toro enmaromado. La leyenda de la condesa vengativa, qué en sus diferentes versiones, establece su origen en un fatal accidente en el cual el hijo de los condes-duques de Benavente fue corneado por un toro mientras paseaba por sus alrededores y que desde entonces se conmemoraba este hecho merced a un supuesto dinero dejado para tal fin. Lo que permite afirmar a Puras Hernández que «el Toro Enmaromado sería una rememoración invertida y modificada de aquel hecho». Lo cierto es que ningún escrito suele atribuirle otro valor que el de componente legendario de la fiesta que la tradición oral ha extendido. En ningún documento oficial se menciona como posible origen de la fiesta hasta fechas bien recientes. Así en numerosas ocasiones se reitera en las actas municipales que: «… en esta población existe, sin que por la antigüedad conozca nadie el origen, la costumbre de correrse en el citado día de la víspera de Corpus Christi, un toro enmaromado». La documentación existente nos acerca más a un origen más prosaico que legendario del festejo, pues era el concesionario del matadero municipal y en su defecto el propio ayuntamiento el que costeaba la res y en ningún caso una supuesta condesa o miembro de la nobleza, como resalta la leyenda.

Ilustración contemporánea que recrea la carrera del toro enmaromado de Benavente
Ilustración contemporánea que recrea la carrera del toro enmaromado de Benavente

La documentación existente nos acerca más a un origen prosaico que legendario del festejo, ya que era, como se ha expuesto anteriormente, el concesionario de la explotación del matadero municipal, o en su defecto el propio ayuntamiento el que costeaba la res brava, y en ningún caso una supuesta condesa o miembro de la nobleza, tal y como resalta la leyenda. Tal leyenda podría derivarse de una equivocada interpretación del hecho de que tal fue el arraigo en Benavente de esta afición a correr los toros enmaromados que en algunos momentos, que en muy contadas ocasiones, y para celebrar algún acontecimiento de júbilo (tales como una victoria militar, la conclusión de una guerra, la visita la Villa o a su castillo de algún monarca, con motivo de alguna boda o nacimiento en la casa condal de los Pimentel, etc.), el Concejo o regimiento de Benavente acordaba, siempre al margen de las celebraciones del Corpus.

La vinculación entre los condes y el festejo del toro enmaromado se puede establecer tan sólo en la suposición de que entre los diversos juegos de toros que con ocasión de las fiestas que ofrecían los condes a sus ilustres invitados se incluyese entre las numerosas suertes taurinas los toros enmaromados. Más documentado, y por tanto con más base histórica, se encuentra el hecho de que el Concejo decidiese en alguna ocasión puntual que se corriese algún toro enmaromado para celebrar algún acontecimiento relacionado con la familia condal. En este capítulo se debe incluir el desposorio de María Josefa Pimentel, ya que para celebrar tal acontecimiento a nivel local se acuerda que se corra un toro enmaromado en aquel mes de enero de 1772. También con ocasión del nacimiento de su primogénito se celebra el feliz evento con diversos actos, entre ellos con un toro enmaromado en mayo de 1775.

La Leyenda de la condesa vengativa
La Leyenda de la condesa vengativa

Este festejo se hizo extensivo a algunas otras celebraciones en torno a la familia condal, así como de acontecimientos de júbilo de diversa índole (visitas reales, victorias militares, etc. Hubo pues una vinculación o nexo de unión, lo cual podría haber dado lugar a narración o historieta de “la condesa y el toro enmaromado”, pero con un sentido muy distinto al que la tradición oral y la leyenda le asignan. Seguramente de la deformación de esta vinculación circunstancial entre los condes y el festejo pueda partir la leyenda que todos conocemos.

En otras ocasiones se llevó a cabo excepcionalmente para celebrar algún acontecimiento relevante el festejo y suerte taurina que más agrado y aceptación tenía entre los benaventanos, cual era correr un “toro enmaromado” por las calles de la población. Tal es el caso del toro que se corrió el día 31 de julio de 1840 para conmemorar el triunfo del general Baldomero Espartero, Duque de la Victoria, sobre las tropas carlistas del carlista Cabrera.

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Juan Carlos de La Mata Guerra

Archivo Municipal de Benavente. En su trabajo de investigación y publicación, divulga la información contenida en este post.

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