Peñas y Asociaciones

Las primeras “Peñas del toro enmaromado” de las que se tiene noticia surgen espontáneamente formadas por pequeños grupos o pandillas de amigos que a título privado animan la fiesta en la tarde la víspera del Corpus, acudiendo también con sus pancartas a la tradicional petición el toro enmaromado durante la festividad de la Veguilla. 

A finales de los años sesenta, las Peñas adquieren un carácter oficial y comienzan a aportar a la fiesta una nueva dimensión, que pasa a convertirse en una explosión festiva multitudinaria y participativa. El número de sus componentes se multiplica llegando a formar agrupaciones de varios centenares de integrantes en algunos casos.  

 Estas agrupaciones, de carácter libre y privado se formaron en torno a esta festividad participando de ciertos rasgos que le son propios del fenómeno de las asociaciones: adhesión voluntaria, casa común, banquetes de confraternidad, bailes, distintivos, componente iniciático de las generaciones más jóvenes, etc. En las peñas participan pequeños y mayores, hombres y mujeres. Se distribuyen en categorías por edades. 

Las Peñas trabajan durante todo el año en sus sedes para mayor realce de la fiesta. En su organización existen el presidente, secretario tesorero, vocales y todos los peñistas adultos para debatir y acordar asuntos que afectan a la vida de peñista. Se financian a través de subvenciones públicas y las cuotas de sus integrantes. 

Un elemento fundamental en cada una de las peñas es el acompañamiento de una charanga para animar a estas, especialmente durante sus desfiles y pasacalles. Para la regulación y mayor realce de su participación en las fiestas, éstas se encuentran agrupadas en la Coordinadora de Peñas del Toro Enmaromado, la cual se encarga de la participación de las Peñas en los desfiles oficiales y diversos festejos.