Correr Toros en Benavente durante tiempos pasados

La tradición taurina de Benavente es muy antigua, ya en los primeros cuadernos de cuentas que hacen referencia a las fiestas en la villa de los siglos XV y XVI, se mencionan juegos y espectáculos taurinos. Entre los festejos relacionados se encuentran los encierros, alanceados, a la jineta toros albardados, toros de muerte, encohetados, etc.) En Benavente sobre todo en las fiestas de San Juan (en junio) y en Nuestra Señora (en agosto), organizados por el Concejo se corrían por los vecinos dos o más toros, a modo de encierros, desde la plaza de Santa María a la de San Nicolás.

En las fiestas benaventanas de San Juan, los toros eran un componente indispensable de la fiesta. Éstos se traían a Benavente conducidos por zangarrones, mozos y jinetes desde las ganaderías existentes en la comarca. Generalmente procedían de algunas de fincas o terrenos de las dehesas inmediatas a la villa, como era la de Brive o de algún pueblo cercano como Villabrázaro, Moreruela, Villanueva de Valverde, etc. También en ocasiones se recurría a ganados existentes en comarcas vecinas o situadas en terrenos del condado de Benavente, en territorios como La Carballeda, Tábara, Sanabria, etc. fue costumbre el hacer hogueras durante la víspera del Corpus y la noche de San Juan, festividades vinculadas a los cambios en el ciclo solar.

La pérdida de documentación anterior al siglo XV en el Archivo Municipal impide conocer como en los siglos precedentes tuvieron lugar esto festejos y suertes taurinas. Todo hace vislumbrar que, si se realizaban, y que tuvieron existencia con anterioridad al mencionado siglo, ya que por entonces el correr toros en determinadas festividades era un hecho plenamente consolidado en 1434. Lo cual impide conocer el origen y desarrollo de estos festejos y suertes taurinas en la villa benaventana antes del siglo XV.

Igualmente, la relevancia y poder político de los condes-duques de Benavente, los Pimentel, así como la existencia de numerosas ganaderías en el entorno de Benavente propiciaron la celebración de grandes fastos en los que no faltaban variadas suertes o juegos de toros.